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Capítulo 8

N. Profecía cumplida en el reinado del rey Josías.

1. El pueblo, sus sacerdotes y profetas en pos de Baal.

a. 8:1 En aquel tiempo, dice Jehová, sacarán fuera de sus sepulcros, los huesos de los reyes de Judá, los huesos de sus príncipes, los huesos de los sacerdotes, los huesos de los profetas, y los huesos de los moradores de Jerusalén.

b. 8:2  Los esparcirán al sol, a la luna, a todo el ejército del cielo, a quienes ellos amaron y a quienes sirvieron. En pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados. Serán como estiércol sobre la faz de la tierra. 2 Re 23:20.

c. 8:3 Escogerá la muerte, antes que la vida, todo el resto que quede de esta mala generación. En todos los lugares a donde los arroje yo, a los que queden, dice Jehová de los ejércitos.

2. El pueblo de Jerusalén no dejará de ser rebelde.

a. 8:4  Les dirás asimismo: Así ha dicho Jehová: El que cae, ¿no se levanta? El que se desvía, ¿no vuelva al camino?

b. 8:5  ¿Por qué es este pueblo de Jerusalén, es rebelde, y no dejará de serlo? Se decidieron por el engaño, y no se han querido volver de su mal camino.

c. 8:6  Les he prestado atención, y he escuchado lo que dicen. No hablan con rectitud, y no hay nadie que se arrepienta de su maldad. Nadie se pregunta: ¿Pero qué he hecho?’ Son como caballos desbocados en medio de una batalla: cada uno corre como mejor le conviene.

3. El pueblo desconoce porque se le hace juicio.

a. 8:7  Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo. La tórtola, la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida. Pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.

b. 8:8  ¿Cómo pueden decir: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Si verdaderamente la han cambiado en mentira. Y con su propia pluma, los escribas han escrito mentira.

c. 8:9  Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados. ¿De qué, le sirve la sabiduría que tienen? Porque, aborrecieron la palabra de Jehová.

4. Consecuencia de no seguir el camino de Jehová.

a. 8:10  Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten. Porque desde el más pequeño hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia. Desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño.

b. 8:11 Curaron la herida de la hija de mi pueblo, diciendo: Paz, paz. Y no hay paz. No los alentaron, ni fortalecieron.

c. 8:12 ¿Acaso se han avergonzado de haber hecho abominación? Verdaderamente, no se han avergonzado en lo más mínimo. Ellos no supieron avergonzarse. Por tanto, les advierto que cuando los castigue, dice Jehová, morirán entre los que mueren.

d. 8:13  Los cortaré del todo, dice Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja. Y lo que les he dado, ya no lo tendrán.

5. El juicio por no consultarlo a él sino a Baal.

a. 8:14 ¿Qué hacemos aquí, sentados? ¡Vamos a juntarnos, y entremos en las ciudades fortificadas para morir allí! El Señor nuestro Dios nos ha condenado a morir; nos ha dado a beber aguas amargas. Porque pecamos contra él.

b. 8:15 Esperábamos vivir en paz, y no llegó el bien. Esperábamos el momento de sanar, y solo estamos confundidos.

6. la destrucción inminente.

a. 8:16 Desde Dan se oyó el galopar de sus caballos. Al sonido de los relinchos de sus corceles, tembló toda la tierra. Vinieron, devoraron la tierra y su abundancia. A la ciudad y a los habitantes de ella.

b. 8:17 Porque, en este tiempo, yo envío sobre ustedes serpientes, áspides, contra los cuales sirven sus encantamientos, y los morderán, dice Jehová.

7. El mal de Judá es un problema sin solución.

a. 8:18  A causa de mi fuerte dolor, mi corazón desfallece en mí.

b. 8:19  Mi voz del clamor de la hija de mi pueblo, que viene de la tierra lejana: ¿No está Jehová en Sion? ¿No está en ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de talla, con vanidades ajenas?

c. 8:20  Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos.

d. 8:21 Quebrantado estoy por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy, espanto me ha arrebatado.

e. 8:22  ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No hay allí médico? ¿Por qué, no hubo medicina para la hija de mi pueblo? 

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