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Capítulo 3

D. Las causas de ir Israel y Jerusalén a la ruina.

1. Dios les rogó a Israel y a Judá para que vuelva a él.

a. 3:1  Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose esta de él, se juntase a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, por tanto, has fornicado con muchos amigos. Pero ¡vuélvete a mí! Dice Jehová.

2. Adoraron a todos el ejército del cielo.

a. 3:2  Alza tus ojos a las alturas, y ve en qué lugar no te hayas prostituido. Junto a los caminos te sentabas, para ellos, como árabe en el desierto. Con tus fornicaciones y con tu maldad has contaminado la tierra.

b. 3:3  Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia tardía. Y has tenido frente de ramera. Y no quisiste avergonzarte.

3. Hicieron toda la maldad que quisieron. 

c. 3:4  Por lo menos desde ahora, ¿no me llamarás a mí, Padre mío, guiador de mi juventud?

d. 3:5 ¿Guardará su enojo para siempre? ¿Eternamente lo guardará? Mira, que hablaste e hiciste, cuantas maldades pudiste.  

4. Israel y Judá fueron rebeldes a sus palabras. 

a. 3:6 Me dijo Jehová en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol frondoso. Y allí fornica. 

b. 3:7 Y dije: Después de hacer todo esto, se volverá a mí. Pero no se volvió, y lo vio su hermana, la rebelde Judá. 

5. La falta de temor de Judá comparando con Israel. 

a. 3:8 Ella vio que, por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio. Pero no tuvo temor la rebelde Judá, su hermana. Si no que también fue ella y fornicó.

b. 3:9 Sucedió que por juzgar ella. Que su fornicación era cosa fácil. La tierra fue contaminada. Adulteró con la piedra y con el leño.

c. 3:10 Con todo esto, su hermana, la rebelde Judá, no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová.

d. 3:11 Me dijo Jehová: Ha resultado justa la rebelde Israel en comparación con la desleal Judá.

E. Dios tendrá misericordia y regresarán a Jerusalén.

1. Regresarán a Sion por su misericordia. 

3:12 Ve y clama estas palabras hacia el norte, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti. Porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo.

3:13 Reconoce, por tanto, tu maldad. Porque contra Jehová tu Dios has prevaricado. Fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso. Y no oíste mi voz, dice Jehová.

3:14 Cambien, hijos rebeldes, dice Jehová. Porque yo soy su esposo. Los recogeré, de uno, en uno, de cada ciudad. Y dos de cada familia. Y los llevaré a Sion.

2. Se olvidarán del arca del pacto y adorarán en Jerusalén.

a. 3:15 Les daré pastores según mi corazón, que los apacienten con ciencia y con inteligencia.

b. 3:16 Acontecerá que cuando se multipliquen y crezcan en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirá más: Arca del pacto de Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra.

c. 3:17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a ella en el nombre de Jehová en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón.

d. 3:18 En aquellos tiempos, irán de la casa de Judá a la casa de Israel. Y vendrán juntamente de la tierra del norte, a la tierra que hice heredar a sus padres.

3. La infidelidad de Israel a Dios.

a. 3:19 Yo me preguntaba: ¿Cómo pondré dar a mis hijos, la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Concluí: Que me llamarían: Padre mío, y no se apartarán de seguirme a mí.

b. 3:20 Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricaste contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.

c. 3:21 Voz fue oída sobre las alturas, llanto de los ruegos de los hijos de Israel. Porque han torcido su camino. De Jehová su Dios se han olvidado.

4. Oración de arrepentimiento y cambio para volver a Jehová.

a. 3:22 Cambien, hijos rebeldes, y sanaré sus rebeliones. Digan nosotros, venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios.

b. 3:23 Ciertamente vanidad son los collados, y el bullicio sobre los montes; ciertamente en Jehová nuestro Dios está la salvación de Israel.

c. 3:24 Nuestros padres, desde su juventud, se confundieron y se esclavizaron en el trabajo de sus ovejas, sus vacas, criando sus hijos y sus hijas.

d. 3:2 Y también nosotros hemos permanecido, en esta misma confusión. Estamos avergonzados. Porque pecamos contra Jehová nuestro Dios. Nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día. Y no hemos escuchado la voz de Jehová, nuestro Dios.

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La Idolatría. Jeremías. Cpítulo 10.

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