XIII. Jeremías profetiza a principio del reinado de Joacim.
A. El profeta debe decir la palabra
de Dios, no retenerla.
1. Todos oyeron la palabra de Jeremías en la
casa de Jehová.
a. 26:1 En el principio del reinado de Joacim, hijo de
Josías, rey de Judá, vino esta palabra de Jehová, diciendo:
b. 26:2 Así ha dicho Jehová: Párate en el atrio de la
casa de Jehová, y habla a todas las ciudades de Judá. A todos aquellos que
vienen para adorar en la casa de Jehová. Todas las palabras que yo te mandé
hablarles; no retengas palabra.
c. 26:3 Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal
camino. Y Yo desiste del mal qué pienso hacerles, por la maldad de sus
obras.
d. 26:4 Les hablarás, diciendo así
ha dicho Jehová: Si no me oyes, para obedecer a mi ley, la cual puse ante ustedes.
e. 26:5 Para atender a las palabras de mis siervos
los profetas, que yo les he anunciado por adelantado y sin cesar, las cuales no
han oído.
f. 26:6 Yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad,
la pondré por maldición a todas las naciones de la tierra. Jer 7:14; 1 Sam
4:4-11.
g. 26:7 Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo
oyeron a Jeremías hablar estas palabras en la casa de Jehová.
B. Procuran matar al profeta
Jeremías.
1. Lo escucharon, y lo querían
matar.
a. 26:8 Cuando terminó de hablar Jeremías, todo lo
que Jehová le había mandado, que hablase a todo el pueblo, los sacerdotes, los
profetas y todo el pueblo lo agarraron, diciendo: Ciertamente morirás.
b. 26:9 ¿Por qué has profetizado en nombre de Jehová,
diciendo: Esta casa será como Silo, y esta ciudad será asolada hasta no quedar
morador? Y todo el pueblo se reunió contra Jeremías en la casa de Jehová.
c. 26:10 Los príncipes de Judá oyeron estas cosas, y
subieron de la casa del rey a la casa de Jehová. Se sentaron en la entrada de
la puerta nueva, de la casa de Jehová.
2. Una pena que no está escrito
en la ley.
a. 26:11 En ese momento, hablaron los sacerdotes, los
profetas, a los príncipes y a todo el pueblo, diciéndoles: En pena de muerte ha
incurrido este hombre. Porque profetizó contra esta ciudad, como ustedes han
oído con sus oídos.
3. Las palabras de Jeremías son
ciertas.
a. 26:12 Habló Jeremías a todos los príncipes y a todo
el pueblo, diciendo: Jehová me envió a profetizar contra esta casa y contra
esta ciudad, todas las palabras que han oído.
b. 26:13 Mejoren, en este momento, sus caminos y sus
obras. Y oigan la palabra Jehová su Dios. Para que Jehová desista del mal que
ha hablado contra ustedes.
c. 26:14 En lo tocante a mí, estoy en sus manos. Hagan
conmigo lo que mejor les parezca.
d. 26:15 Pero sepan ciertamente que si me matan,
sangre inocente echan sobre ustedes, y sobre esta ciudad y sobre sus moradores.
Porque es cierto que Jehová me envió a ustedes, para que les dijese todas estas
palabras, para que ustedes la escuchasen.
4. Otros profetas, profetizaron
igual a Jeremías.
a. 26:16 Dijeron los príncipes y todo el pueblo a los
sacerdotes y profetas: No ha incurrido este hombre en pena de muerte, porque en
nombre de Jehová nuestro Dios nos ha hablado.
b. 26:17 En ese momento, intervinieron algunos de los
ancianos de la tierra y hablaron a toda la reunión del pueblo, diciendo:
c. 26:18 Miqueas de Moreset profetizó en tiempo de
Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo de Judá, diciendo: Así ha dicho
Jehová de los ejércitos: Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser
montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque.
d. 26:19 ¿Acaso lo mataron Ezequías, rey de Judá y todo
Judá? ¿No temió a Jehová, y oró en presencia de Jehová, y Jehová se arrepintió
del mal que había hablado contra ellos? ¿Haremos, por tanto, nosotros tan gran
mal contra nuestras almas?
e. 26:20 Hubo también un hombre que profetizaba en
nombre de Jehová, Urías, hijo de Semaías, de Quiriat-jearim, el cual profetizó
contra esta ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las palabras de
Jeremías.
5. Matan al profeta Urías.
a. 26:21 Oyeron sus palabras el
rey Joacim, todos sus grandes, todos sus príncipes, y el rey procuró matarle. Urías,
comprendiendo, tuvo temor, y huyó a Egipto.
b. 26:22 El rey Joacim envió hombres a Egipto, a
Elnatán hijo de Acbor y otros hombres, con él, a Egipto.
c. 26:23 Los cuales sacaron a Urías de Egipto y lo
trajeron al rey Joacim, el cual lo mató a espada, y echó su cuerpo en los
sepulcros de la gente pobre.
d. 26:24 Pero la mano de Ahicam hijo de Safán estaba a
favor de Jeremías, para que no lo entregasen en las manos del pueblo para
matarlo.
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